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5 comentarios en «TAREA 4.- Enseñar desde el cerebro del que aprende»
Gladys Moradice:
Los resultados de la enseñanza solo pueden medirse por el progreso del aprendizaje. Hoy sabemos que ningún aprendizaje sin desafío -del maestro- es capaz de suscitar en el aprendiz la necesidad de saber. Hay que trabajar por los niños, con los niños. En el currículum de cualquier docente debe existir la empatía, la capacidad de escuchar, comprender y empatizar.
El cerebro es un órgano que podemos ejercitar toda la vida.
Cuando aprendemos la ondas cerebrales se estimulan para receptar nuevos conocimientos :
ENSEÑAR no es pasar un conocimiento como transmisión, sino que se trata de contagiar el amor por el conocimiento.
EL alumno APRENDE con motivación, confianza, autoestima, habilidades de superar obstáculos, reconocido sus erros, ahí es cuando inicia a cuestionar y cuestionarse buscando investigar, construir su conocimiento partiendo del aprendizaje, experiencias que va adquiriendo en casa , escuela con la familia y el entorno que le rodea con el fin de asimilar todos conocimientos de una forma duradera.
Entonces se aprende al saber más; nunca desde el no saber.
Para conseguir un buen aprendizaje hay que ser empáticos, escuchar y comprender a los alumnos, para saber cómo se enseña hay que saber cómo se aprende, captar las inquietudes e intereses y tener en cuenta sus reacciones y propuestas . Compartir es pensar en el otro, los resultados de la enseñanza solo se pueden medir con los avances del aprendizaje . Hoy se sabe, que no hay aprendizaje donde no haya un desafío desde el que enseña .
Hay que trabajar para los niños con los niños. En el perfil de cualquier docente debe estar la empatía, la capacidad de escucha, entendimiento y comprensión.
Entiendo que se debe aprender a escuchar para así mismo analizar y conocer el conocimiento que en sí tiene.
No hay que intimidar a los niños por algo que desconocen y la capacidad de cada persona.
Se debe aceptar la forma de razonar de los niños porque cada persona tiene su forma de pensar y no dejarlos solo con lo que nosotros les hemos enseñado.
Es muy importante hacérlos trabajar en grupo porque así unen cada opinión de dicho tema y podran sacar la mejor.
El foco de la didáctica debe trasladarse del que enseña al que aprende. No tiene mucho sentido decir que enseñamos muy bien si nadie aprende. No es lógico hablar de calidad de la enseñanza cuando no existe un buen aprendizaje.
Para saber cómo se enseña, hay que saber cómo se aprende, captar sus inquietudes e intereses y tener en cuenta sus reacciones y propuestas. Hay que admitir en los deseos del que enseña las necesidades del que aprende, y hacer coincidir lo antes posible compartiendo ilusión, estas con aquellos. Compartir es pensar con el otro. Los resultados de la enseñanza solo se pueden medir con los avances del aprendizaje. Hoy ya se sabe, que no hay aprendizaje donde no haya un desafío desde el que enseña capaz de provocar en el que aprende una necesidad a su querer conocer. Hay que trabajar para los niños, con los niños. En el perfil de cualquier docente debe estar la empatía, la capacidad de escucha, entendimiento y comprensión.
Escuchar implica enseñar desde el cerebro del que aprende; preguntarse por qué hacen lo que hacen y por qué dicen lo que dicen, y encontrar respuestas; observar y entender sus intereses, sus reacciones, sus experiencias y expresiones; modificar acciones en función de la necesidad del que aprende; provocar sonrisas y ganas de seguir aprendiendo; conseguir que nuevos horizontes se abran, que nuevas tareas se presenten, que nuevos niveles de conocimiento e intuición se concreticen; … Escuchar es dejar de oírte a ti. Cuando escuchas a los niños hay que atender a sus palabras para ver qué piensan, no para ver qué dicen.
Conclusión
A veces se pierde de vista que el propósito es el saber. Y que ese saber debe apoyar al desarrollo integral de la persona. Además de enseñar las asignaturas a través de la vida real, hay que enseñar vida a través de las asignaturas. Miramos tanto al futuro que no vemos, y no vemos el presente que nos mira. Y qué les enseñamos; por ejemplo: ¿Cuántas formas distintas de restar? Si yo les digo así se resta, les estoy diciendo que todo lo que no se haga así no sirve para restar. Si yo les enseño cinco formas distintas de restar, les estoy preparando para entender que habrá otras por descubrir, y otras, por inventar. El futuro se construye con el presente que ahora viven.
Los resultados de la enseñanza solo pueden medirse por el progreso del aprendizaje. Hoy sabemos que ningún aprendizaje sin desafío -del maestro- es capaz de suscitar en el aprendiz la necesidad de saber. Hay que trabajar por los niños, con los niños. En el currículum de cualquier docente debe existir la empatía, la capacidad de escuchar, comprender y empatizar.
El cerebro es un órgano que podemos ejercitar toda la vida.
Cuando aprendemos la ondas cerebrales se estimulan para receptar nuevos conocimientos :
ENSEÑAR no es pasar un conocimiento como transmisión, sino que se trata de contagiar el amor por el conocimiento.
EL alumno APRENDE con motivación, confianza, autoestima, habilidades de superar obstáculos, reconocido sus erros, ahí es cuando inicia a cuestionar y cuestionarse buscando investigar, construir su conocimiento partiendo del aprendizaje, experiencias que va adquiriendo en casa , escuela con la familia y el entorno que le rodea con el fin de asimilar todos conocimientos de una forma duradera.
Entonces se aprende al saber más; nunca desde el no saber.
Para conseguir un buen aprendizaje hay que ser empáticos, escuchar y comprender a los alumnos, para saber cómo se enseña hay que saber cómo se aprende, captar las inquietudes e intereses y tener en cuenta sus reacciones y propuestas . Compartir es pensar en el otro, los resultados de la enseñanza solo se pueden medir con los avances del aprendizaje . Hoy se sabe, que no hay aprendizaje donde no haya un desafío desde el que enseña .
Hay que trabajar para los niños con los niños. En el perfil de cualquier docente debe estar la empatía, la capacidad de escucha, entendimiento y comprensión.
Entiendo que se debe aprender a escuchar para así mismo analizar y conocer el conocimiento que en sí tiene.
No hay que intimidar a los niños por algo que desconocen y la capacidad de cada persona.
Se debe aceptar la forma de razonar de los niños porque cada persona tiene su forma de pensar y no dejarlos solo con lo que nosotros les hemos enseñado.
Es muy importante hacérlos trabajar en grupo porque así unen cada opinión de dicho tema y podran sacar la mejor.
El foco de la didáctica debe trasladarse del que enseña al que aprende. No tiene mucho sentido decir que enseñamos muy bien si nadie aprende. No es lógico hablar de calidad de la enseñanza cuando no existe un buen aprendizaje.
Para saber cómo se enseña, hay que saber cómo se aprende, captar sus inquietudes e intereses y tener en cuenta sus reacciones y propuestas. Hay que admitir en los deseos del que enseña las necesidades del que aprende, y hacer coincidir lo antes posible compartiendo ilusión, estas con aquellos. Compartir es pensar con el otro. Los resultados de la enseñanza solo se pueden medir con los avances del aprendizaje. Hoy ya se sabe, que no hay aprendizaje donde no haya un desafío desde el que enseña capaz de provocar en el que aprende una necesidad a su querer conocer. Hay que trabajar para los niños, con los niños. En el perfil de cualquier docente debe estar la empatía, la capacidad de escucha, entendimiento y comprensión.
Escuchar implica enseñar desde el cerebro del que aprende; preguntarse por qué hacen lo que hacen y por qué dicen lo que dicen, y encontrar respuestas; observar y entender sus intereses, sus reacciones, sus experiencias y expresiones; modificar acciones en función de la necesidad del que aprende; provocar sonrisas y ganas de seguir aprendiendo; conseguir que nuevos horizontes se abran, que nuevas tareas se presenten, que nuevos niveles de conocimiento e intuición se concreticen; … Escuchar es dejar de oírte a ti. Cuando escuchas a los niños hay que atender a sus palabras para ver qué piensan, no para ver qué dicen.
Conclusión
A veces se pierde de vista que el propósito es el saber. Y que ese saber debe apoyar al desarrollo integral de la persona. Además de enseñar las asignaturas a través de la vida real, hay que enseñar vida a través de las asignaturas. Miramos tanto al futuro que no vemos, y no vemos el presente que nos mira. Y qué les enseñamos; por ejemplo: ¿Cuántas formas distintas de restar? Si yo les digo así se resta, les estoy diciendo que todo lo que no se haga así no sirve para restar. Si yo les enseño cinco formas distintas de restar, les estoy preparando para entender que habrá otras por descubrir, y otras, por inventar. El futuro se construye con el presente que ahora viven.